Viaja a través del mundo sin salir de Madrid
- Cristina
- 21 mar 2016
- 5 Min. de lectura
Muy buenos días bloguer@s
Hoy os traigo la mejor manera de viajar por el mundo sin salir de Madrid.
¿Qué cómo se hace?
Pues a través de la gastronomía.
Empezaremos por Norteamérica:
Estados Unidos: No podemos perdernos Alfredo’s Barbacoa, donde disfrutaréis de una hamburguesa de verdad o un Gumbo, emblema de la gastronomía criolla de Luisiana.

México: En el Salón Cascabel se puede comer desde guacamole, aguachile verde de langostino, tostada de ceviche de vieiras, quesadilla o el plato más contundente, el machete (un costillón de res de 1,2Kg a la brasa). Y cómo no, tequila para beber.

Cuba: En La Negra Tomasa todas las noches se come, se bebe, se canta y se baila al ritmo del son cubano, contando con especialidades como picadillo de ternera, ropa vieja, lechón asado..., y un buen ron.

Si por el contrario preferimos viajar a América del Sur:
Venezuela: Podemos saborearla a través de Arepa Olé, donde probar la arepa (uno de los indispensables de la comida venezolana) para tomar sola o con infinidad de rellenos (carne mechada, pollo, aguacate, frijoles,…), además de otras especialidades como empanadas, patacones, palitos de yuca o tequeños.

Colombia: En Rochela Café se pueden probar platos caseros, tradicionales y claves de cocina colombiana como la contundente bandeja paisa (elaborada con arroz, carne, chicarrón, huevo frito, patacón, frijoles, arepa, chorizo antiqueño, hogao, tomate, plátano maduro y morcilla).

Brasil: En Rodizio, un buffet libre con una extensa selección de ensaladas y entrantes y un desfile de carnes ensartadas en espadas.

Perú: Si pedis mesa en Piscomar, podréis probar el plato y la bebida que definen su gastronomía, el ceviche y el pisco sour, entre otros.

Argentina: En Picsa. Las pizzas llegaron a Argentina de la mano de emigrantes italiano,s pero estos la transformaron hasta convertirlas en un plato autóctono, con una masa más gruesa y esponjosa, mayor cantidad de queso y multitud de ingredientes.

Ecuador: Podemos descubrir su gastronomía pero en versión alta cocina en Paralelo Cero, donde se puede hacer una degustación de la comida ecuatoriana en un solo plato (formado por guatita, arroz al achiote, ceviche de camarones y seco de chivo, tartar de aguacate y chifles).

Para saborear Uruguay, nada mejor que mucha carne de res a la parrilla, además de chivito, provolone relleno o a la parrilla y de postre chajá (merengue, bizcocho y crema) en La mano de Pablo.

Si queremos realizar un viaje por Europa:
Francia, en el restaurante La France, donde podrá disfrutar de delicias como el foie grass mi-cuit, camembert frito con salsa de arándanos, steak tartare, caracoles bourguignonne, langostinos al Pernod o entrecot a la pimienta negra.

Portugal, cuya cocina gira en torno al bacalao en A tasca do Bacalhau Portugues, donde existen 400 recetas para prepararlo regado con vino verde.

Para visitar Alemania hay que visitar Fass, cuya cocina sabe a salchichas artesanas, chucrut, patatas Rösti, mostaza dulce, solomillo Stroganoff, roastbeef… y, por supuesto, no puede faltar la cerveza.

La cocina de Italia es la más conocida y el mejor restaurante de Madrid es La Pastería, un restaurante y laboratorio de elaboración de pasta, donde son imprescindibles los fettuccine alla routa.

Inglaterra: El slow roasted pork con manzana y las patatas asadas son la estrellas de Los Chuchis.

Si en cambio preferimos saborear Grecia, el mejor restaurante es Mythos, decorado como una típica taberna griega y con especialidades griegas como el tzatziki, dolmadakia, hummus y queso feta, acompañado de retsina (el vino blanco de los griegos).

Suiza tiene un aroma a queso y su plato más simbólico es la fondue, como las que se preparan en La Fondue de Tell.

Bélgica presume de tener una receta propia y hasta un museo de la patata frita, la protagonista absoluta en Atelier Belga. Además se pueden probar otros platos como los mejillones marinados en diferentes salsas o los gofres dulce-salados entre otros.

Sobre Polonia tenemos pocas referencias culinarias pero en el restaurante La Polonesa se encuentran desde los tradicionales arenques (sledz) a la remolacha con rábano picante (cwikla). También destaca la crema agria y el eneldo para aderezar sus platos con nombres casi impronunciables.

Finalmente terminaríamos nuestra ruta europea saboreando Rusia en Las noches en Moscú, donde comer desde un clásico steak tartare a una cazuela de pollo y champiñones al vodka, blinis con caviar o la especialidad rusa, bitoke de ternera con patatas asadas y encurtidos.

Si preferis conocer la cultura gastronómica de África sin necesidad de trasladaros, podéis hacer una visita a alguno de los restaurantes de la ciudad:
Al mounia nos transportará a Marruecos, donde degustaremos diferentes tipos de cuscús, tajín y el dulce pastella.

Que te gusta más Etiopia, puedes disfrutar de especialidades de la comida etíope en Hanan, basadas en varios entrantes y platos de verdura y carne servidos sobre una injera (típica crepe etíope).

Finalmente podéis saborear Senegal, donde saborear especialidades como el mafe (arroz con carne, patata guisada y salsa de cacahuete) o el thieboudienne (arroz con pescado y verdura) en La Teranga.
Si en cambio preferimos sumergirnos en Oriente Medio podemos visitar:
Arabia Saudí. Solo tenemos que acercarnos a Al-Jaima, uno de los restaurantes árabes más auténticos de Madrid, el cual propone delicias como hummus, mutaabal, cuscús y Tajín.

Viajar a Líbano es posible comiendo en Shukran platos tan deliciosos como la ensalada Fatoush, empanadas libanesas y el falafel.

Si por el contrario quiere visitar Turquía no hay más que visitar el restaurante Omar, con especialidades como carnes al carbón, platos vegetarianos, panes caseros y la compañía de la danza del vientre de fondo.

En el restaurante Esfahan descubrirás la cocina de Irán con delicias como brochetas de carne a la barbacoa, guisos tradicionales como krufte tabrizi (albóndigas de carne y verdura), baghali polo (cordero al horno), arroz basmati y dulces caseros.
Y finalmente India/Pakistán en el restaurante Nueva Delhi donde destacan platos como el pollo tandoori o el seekh kebak.
Si queremos visitar Asia sin tener que coger un avión:
Podemos visitar Krachai, un restaurante de comida tailandesa en el que disfrutar de un tung krapao (langostinos con chile y albahaca) o el panaeng nua (tiras de solomillo de ternera al curry rojo estilo panaeng.

En El Pato Laqueado degustarás la cocina China, cuya especialidad es sin duda el pato laqueado, además de una selección de dim sum y otras delicias.
El Seoul es un restaurante bastante peculiar en un local típicamente castizo. Es el restaurante donde probar la clásica cocina coreana con platos estrella como los tallarines chabche o el cerdo a la parrilla tanguyuc.

En Le Petit Hanoi nos introducimos en la esencia vietnamita, donde los rollitos vegetarianos, las sopas de fideos y los diferentes arroces forman parte de su fundamento.
Saborearemos Japón en el restaurante Hattori Hanoi, donde se recrea una auténtica izakaya japonesa o lo que es lo mismo, puestos callejeros de comida como los que hay en Tokio. En la carta no encontramos sushi como esperaríamos, sino tapas al estilo nipón, como los nikuman (panes rellenos de carne, gambas y verdura) o las chikuna (surimi de alga azul en tempura).
Finalmente solo nos queda visitar Australia. El espíritu de los cafés de Sídney se encuentra en Federal Café, donde uno de sus clásicos es la hamburguesa de canguro (porque en Australia, los canguros también se comen).

Espero que os guste, un saludo Cristina.
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